La Persistencia de los Migrantes Internos en la Frontera

La frontera entre Venezuela y Colombia, especialmente en San Antonio, ha sido testigo de la vida de cerca de 27 mil venezolanos que llegaron de otras regiones del país en busca de oportunidades y sustento.

Migrantes Internos en la Frontera Singuen en la Lucha

Jairo, originario del estado Carabobo, llegó a la frontera en 2019 junto con su esposa, estableciéndose en San Antonio del Táchira. A pesar de la reapertura de los puentes internacionales, Jairo y un pequeño grupo de migrantes internos decidieron permanecer en la zona, aunque su forma de subsistencia se vio afectada significativamente por la disminución en la actividad económica informal.

La carretilla sigue siendo el medio de sustento para Jairo, así como para otros migrantes internos, cuyos oficios surgieron durante los siete años de cierre de la frontera. Aunque la situación económica se ha vuelto más difícil, Jairo y su esposa optaron por quedarse, aferrados a la esperanza de un futuro mejor en Venezuela, a pesar de que sus hijos emigraron a Perú en busca de mejores oportunidades.

William Gómez, analista en temas de frontera, recuerda el notable incremento en la llegada de migrantes internos durante los últimos años y la adaptación de estos grupos a la economía informal de la zona. Sin embargo, con la pandemia y la reapertura de la frontera, muchos migrantes optaron por abandonar la región.

A pesar de las dificultades, Jairo y otros migrantes internos permanecen en la frontera, recordando los momentos difíciles durante la pandemia, cuando la economía se paralizó y la comida escaseaba. La reapertura de la frontera ha significado el fin de una era en la que la economía informal dominaba la región, pero Jairo y aquellos que eligen quedarse continúan resistiendo, con la esperanza de un futuro mejor.

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